Don
Manuel ya conocía a varios miembros de la familia, a sus tíos y algunos
primos, los mayores, aquellos cercanos en edad a él. Como hijo único,
mucha de su actividad normal de niño o joven siempre la desarrolló junto
con sus primos.
Doña Gloria tenía una numerosa familia, la segunda hija entre los 10 hijos de aquel matrimonio. Ella era la número siete, y estaba entre dos hermanos varones, así que siempre pudo jugar y distraerse la mayoría del tiempo con varones.
La
primera vez que don Manuel vio a doña Gloria, era apenas una niña,
rondaba los 12 o 13 años, él ya era alguien podemos decir hecho y
derecho cercano a los 20 años. Así que en aquel momento no ocurrió nada
de nada.
Cuando
doña Gloria empezaba su adolescencia, hacía 1978, cercana a la mayoría e
edad, entonces don Manuel empezó a sentir curiosidad hacía ella,
primero que todo se hicieron amigos, eso ya es un buen comienzo.
Las
primeras veces él iba a visitar a sus tíos, era una excusa perfecta,
podía matar dos pájaros de un solo tiro, visitaba a sus tíos y
aprovechaba para charlar o para admirar a doña Gloria. Por otro lado, a
doña Gloria, en un comienzo, dichas visitas le molestaban y siempre
solía esperar cerca a su casa donde una amiga a que don Manuel se fuera,
para no tener que verlo ni aguantarlo, él le fastidiaba, siempre
mirando a través de la ventana que se fuera para poder ir a su casa. Todo esto bajo las constantes mofas o comentarios de los hermanos de Gloria, eso ayudaba poco.
Con
el tiempo, el fastidio desapareció, ya solían hablar y compartir.
Cierto día don Manuel le presto un reloj de pulsera a doña Gloria, y
ella orgullosa lo mantenía consigo y lo llevaba a su colegio. Hasta que
un día su tía, la mamá de don Manuel, llego a su casa y le reclamo el
reloj, doña Gloria se lo devolvió, un poco confundida. Él y ella se
distanciaron un poco durante algunos años.
En
alguna mañana de noviembre de 1980, don Manuel llego a casa de sus tíos
y doña Gloria salía a trabajar, recientemente había terminado el
bachillerato y estaba trabajando; él se ofreció a acompañarla hasta el
sitio de trabajo, en el centro de la ciudad. Aquella fue la primera vez
en que de verdad tuvieron tiempo y convicción para hablar más o menos en
serio de una relación.
En
aquel Diciembre don Manuel y doña Gloria reunidos con su familia en
alguna de las festividades principales, navidad o año nuevo, decidieron
empezar a trazar un camino juntos, algo que construirían a través de los
años y de los obstáculos, un camino que recorrerían con ahínco y no
pocas dificultades, empezaron un noviazgo en serio. La diferencia de
edades o las circunstancias iniciales de esta particular relación no
impediría que se mantuvieran juntos a lo largo de los años.
Hasta la próxima
Qué bonita historia, parece de película. Ahora sí Manuel, he ahí la razón de tus apellidos 'Castellanos Castellanos'. Saludos a los protagonistas. :)
ResponderEliminarSi, esa es la razón de mi apellido repetido, jaja
ResponderEliminarGracias Alexa por pasar y leer. Un abrazo.